La violencia que se vive en Venezuela no es casual sino algo maquiavélicamente planificado. En abril pasado, por ejemplo, el ex ministro de Defensa de Uruguay, José Bayardi, denunció, al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, del intento de aplicar la “cláusula democrática” contra el gobierno de Nicolás Maduro por pedido expreso de los EEUU.
Bayardy dijo entonces que las pretensiones de Almagro son parte del Plan del Comando Sur “Venezuela Freedom-2” que busca derribar al gobierno legitimo venezolano y generar condiciones para que “se activen mecanismos de intervención militar extranjera, como también lo sugiere Estados Unidos”.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, también criticó al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, por su comparecencia ante el Senado de Estados Unidos, durante julio, para hablar sobre la situación en Venezuela.
“Inadmisible y vergonzoso que Almagro rinda cuentas a senado EEUU por su actitud golpista y conspiradora en Venezuela”, escribió Morales en Twitter.
El Plan de EEUU llamado “Freedom 2”, fue presentado en febrero del año pasado por el Comandante del Comando Sur, Almirante Kurt W. Tidd, y consta de 12 puntos y plantea realizar un “cerco y asfixia” contra el gobierno venezolano.
“Hemos acordado con los socios más cercanos de la MUD, utilizar la Asamblea Nacional como tenaza para obstruir la gobernanza: convocar eventos y movilizaciones, interpelar a los gobernantes, negar créditos, derogar leyes”, dice el plan.
Al mismo tiempo, contempla “mantener la campaña ofensiva en el terreno propagandístico, fomentando un clima de desconfianza, incitando temores, haciendo ingobernable la situación”; agregando que “hemos venido acordando una agenda común, que incluye un escenario abrupto que puede combinar acciones callejeras y el empleo dosificado de la violencia armada”.
El uso “dosificado de la violencia armada” ha causado centenares de muertos y heridos en Venezuela lo que es parte del plan para desacreditar al gobierno de Maduro.
A todo lo anterior, las autoridades venezolanas han denunciado el uso de la “droga de los yihadistas”, llamada “Captagon”, y que es usada en Siria y en Irak por el Estado Islámico, lo que explicaría la crueldad con la que está actuando la oposición en las protestas. Ya son 23 las personas que han sido quemadas vivas en los últimos meses, según ha documentado Red58.org.
El Plan plantea que es “relevante la coordinación entre organismos de la Comunidad de Inteligencia y otras agencias, como ONGs, corporaciones privadas de comunicación como la Sociedad Interamericana de Prensa y diversos medios privados”. Todo esto con el fin de “poner en evidencia el carácter autoritario y violador de los derechos humanos del gobierno de Maduro”. En pocas palabras, se quiere manipular a la opinión pública internacional.
El plan intervencionista sigue adelante y las nuevas declaraciones del presidente Donald Trump confirman que EEUU seguirá su plan intervencionista contra Venezuela.
“Si el régimen de Maduro impone su Asamblea Constituyente el 30 de julio, Estados Unidos tomará medidas económicas fuertes y rápidas”, dijo Trump.
No sería la primera vez que EEUU realiza acciones para derribar un gobierno legitimo en América Latina basta recordar el “Informe Church. Acción Encubierta en Chile 1963-1973” donde se revelaron las acciones que EEUU realizó para derrocar en Chile al gobierno del Presidente Salvador Allende.
Entonces, el Secretario de Estado, Henry Kissinger, dijo “No veo por qué tenemos que quedarnos como espectadores y mirar cómo un país se vuelve comunista por la irresponsabilidad de su propio pueblo”. Hoy Trump dice que “Estados Unidos no se quedará mirando cómo Venezuela se desmorona”.
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