Páginas

martes, octubre 12, 2010

Declaración


La huelga de hambre de los presos políticos mapuche, es una interpelación de Dios al pueblo chileno.

La lucha solidaria por la justicia consiste en la toma de conciencia de los derechos atropellados y de la responsabilidad solidaria de los oprimidos en su propia liberación. Es esta perspectiva la que debe guiar la conversión de la Iglesia, abriéndose a las grandes mayorías, comprometiéndose en la lucha solidaria por la defensa de los valores de los pobres y por la conquista de sus derechos.

No es moralmente válido continuar aceptando la realidad socioeconómica y política, nacional e internacional, que mantiene a las grandes masas en situación de inhumana pobreza e intolerable opresión.

La mantención y la reproducción del actual sistema nos impide conocer a Dios, buscar su rostro y hacer su voluntad, dando la espalda a lo que está sucediendo en nuestra historia.

El Evangelio nos exige penetrar más allá de los hechos episódicos y de los fenómenos de superficie, para analizar los procesos y los sistemas que configuran las raíces estructurales del mal llamado “conflicto mapuche”, y para desenmascarar las tergiversaciones, los mitos colectivos y los falsos valores con que se pretende encubrir o justificar la exclusión de quienes son los auténticos dueños de esta tierra.

La Ley Antiterrorista viola las garantías procesales establecidas en normas internacionales, como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que subraya la importancia de tener derecho al debido proceso, siendo inadmisible la existencia de “testigos sin rostro”, que pueden acusar e inculpar sin identificarse, transgrediendo así el derecho a un juicio justo y siguiendo bajo la vigencia del concepto de “enemigo interno”, emanado de la Ideología de Seguridad Nacional.

Siguiendo el testimonio de San Romero de América, profeta y mártir, manifestamos nuestra solidaridad con los presos políticos mapuche que mantuvieron tan larga huelga de hambre y con todo el pueblo mapuche, con quienes Chile mantiene una deuda histórica que se niega a pagar. En situaciones muy similares a las que hoy estamos viviendo, Monseñor Romero mantuvo la esperanza, identificándose con aquellos que los poderosos tienden a desplazar, a dejar como mano de obra barata o como desecho, como masa desarticulada y pasiva, y así organizar y regir por ellos un mundo para su propia satisfacción.

El testimonio de sacrificio de los comuneros mapuche en huelga de hambre ha permitido visibilizar la existencia de su pueblo; limitar la jurisdicción de la Justicia Militar; acceso de los defensores a las acusaciones y a interrogar a los “testigos sin rostro”; desenmascarar a los fiscales especiales; y, en especial, ha abierto las puertas para iniciar con mayor seriedad y respeto que en el pasado, el proceso de recuperación de sus tierras, así como el derecho al medio ambiente sano, a la alteridad, a la desmilitarización territorial de sus comunidades y, sobre todo, la desjudicialización de las reivindicaciones sociales y culturales.

Por lo obtenido hasta ahora, y por la inmensa solidaridad nacional e internacional en apoyo sus justas reivindicaciones, agradecemos de corazón a los comuneros que ayer hayan dado termino a la huelga de hambre. Confiamos en su recuperación y que a la brevedad retomen sus vidas para encabezar a su pueblo en esta nueva etapa, en la que mantenemos nuestra preocupación por que los acuerdos asumidos, vayan efectivamente en pro del respeto del pueblo mapuche y su reconocimiento como tal.

Mantenemos la esperanza, aun frente a tantos signos de abuso o menosprecio, y repetimos con Romero: “Creamos como creyó el profeta cuando a los cautivos de Babilonia les anunciaba una libertad que no parecía llegar y llegó, porque Dios no es mentiroso”. No obstante, la voluntad de Dios se canaliza a través de quienes nos decimos sus seguidores. Y es por ello que, siguiendo a Romero, consideramos que “urge que las organizaciones populares vayan madurando para que cumplan su misión de llegar a ser intérpretes de la voluntad del pueblo”. (Homilía de 24-2-80).

Santiago de Chile, 12 de octubre de 2010.

FRATERNIDAD LAICA CARLOS DE FOUCOULD/CHILE
REVISTA REFLEXION Y LIBERACION 
REFLEXION CRISTIANA VALPARAISO 
OBSERVATORIO POR EL CIERRE DE LA ESCUELA DE LAS AMERICAS 
SERPAJ CHILE
OFICINA DE JUSTICIA, PAZ E INTEGRIDAD DE LA CREACION DE LA SOCIEDAD DE SN COLUMBANO 
AMERINDIA   CHILE 
COMITE OBISPO OSCAR ROMERO de  CHILE