Los militares participaron en “ejercicios WHINSEC”, sigla que se traduce como Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad, anteriormente conocido como Escuela de las Américas. Allí se entrenaron diversos condenados por delitos contra los Derechos Humanos en Chile, como Manuel Contreras o Miguel Krassnoff, como también pasaron por allí otros dictadores latinoamericanos.
Por prácticamente 580 millones de pesos, un grupo de alumnos de la Escuela Militar, compuesto por 185 subalféreces, con dos capitanes y 3 tenientes –además de tres estudiantes de la Escuela Naval, Escuela de Aviación y de la Escuela de Carabineros respectivamente- realizó una “Gira de Estudios” a Fort Benning, emplazado en Georgia, Estados Unidos.
De acuerdo publicó The Clinic, este monto consideraba traslado aéreo, seguro médico, transporte terrestre, hotel, alimentación y también se sumaba al periplo el Director de la Escuela Militar y el Comandante Segundo del Batallón de alumnos.
En la solicitud de información vía Transparencia que realizó el abogado Cristián Cruz, tras precisar los costos de este viaje, la respuesta que entrega el escrito precisa que este “viaje de Instrucción”, como lo califica la institución, contempló “períodos en Fort Benning con visitas oficiales en actividades al Centro de Simulación de Vehículos, al Centro Militar de Simulación de Traumas Médicos y Participación en ejercicio Simulado de Adiestramiento, en el Curso de Obstáculos, en Adiestramiento Básico de Combate y en pruebas de acondicionamiento físico, entre otras”.
El Dínamo revisó el detalle de la información correspondiente a este viaje, tal como lo publicó la Escuela militar en su sitio web y en su Facebook.
Y tras mencionar justamente el Centro de Simulación de Vehículos destaca un curioso detalle: “Luego de finalizar con éxito el curso de WHINSEC se llevó a cabo la graduación del curso, distinguiendo a los alumnos que lograron sobre un 90% en todas las pruebas físicas, con lo cual se hicieron acreedores de un distintivo”.
La sigla WHINSEC corresponde a Western Hemisphere Institute for Security Cooperation o Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad, anteriormente conocido como Escuela de las Américas.
Creada en 1946 y emplazada hasta 1984 en Panamá, la Escuela de las Américas tuvo por principal objetivo entrenar a quienes llegaran hasta esa repartición en contrainsurgencia anticomunista. Principalmente tuvo su “apogeo” en plena Guerra fría, donde Estados Unidos y la Unión Soviética se disputaban la supremacía del mundo. La instrucción que entregaron, y que se mantendría, según los críticos de esta institución, apunta a técnicas de tortura y represión, entre otras cosas.
Por sus aulas, según publica el School of the Americas Watch -grupo de lobby que persigue el cierre de la institución- han pasado más de 77 mil soldados latinoamericanos. Esta organización asegura que “cientos de miles de latinoamericanos han sido torturados, violados, asesinados, desaparecidos, masacrados y obligados a refugiarse por soldados y oficiales entrenados en esa academia militar. Los egresados de la Escuela de las Américas persiguen a los educadores, organizadores de sindicatos, trabajadores religiosos, líderes estudiantiles, a los pobres y campesinos que luchan por sus derechos”.
Más de 5 mil 200 militares chilenos han sido enviados a recibir instrucción en ese lugar. Algunos de los que se pueden mencionar con el fallecido ex jefe máximo de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), Manuel Contreras, Álvaro Corbalán, Raúl Iturriaga Neumann, el ex jefe de la Central Nacional de Informaciones Odlanier Mena (fallecido el 28 de septiembre del 2013) y Miguel Krassnoff Martchenko.
La “cooperación” de la Escuela de las Américas no se cierra en Chile: entre muchos otros, Vladimiro Montesinos, “orejero” del ex Presidente peruano Alberto Fujimori, se entrenó en ese lugar. Montesinos, al oficiar como jefe del Servicio de Inteligencia Nacional tenía a su cargo el Grupo Colina, que encabezó la matanza de La Cantuta, donde asesinaron a nueve estudiantes y un profesor en 1992, y el caso de Barrios Altos, en 1991, donde asesinaron a 15 personas, incluyendo un menor de ocho años. En la foto Montesinos conversa con Abimael Guzmán, líder del grupo terrorista peruano Sendero Luminoso.
En el 2000 la Escuela de las Américas enfrentó fuerte crítica precisamente por haber entrenado a sus estudiantes que posteriormente participaron en actos de tortura, así como también ocuparon altos cargos en dictaduras, donde también se violaban los Derechos Humanos. Fue en esa época en la que la institución cambió de nombre, pero no sus prácticas según declaró en el 2002 el mayor Joe Blair, crítico de la entidad en la que ofició como director de instrucción. Planteó en esa oportunidad que “no hubo cambios sustantivos más allá del nombre (…) enseñaban los mismos cursos que yo enseñé y cambiaron los nombres de los cursos, pero mantuvieron los mismos manuales”. Posteriormente, en el 2001 cambió su
nombre a Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad.
El abogado que hizo la solicitud de transparencia respecto de esta información, Cristián Cruz, afirma que aquí “no se han roto los lazos con lo que fue parte del centro ideológico que sustentó las dictaduras y la aceptación de la violación de los Derechos Humanos por parte de nuestras Fuerzas Armadas, y no sólo las chilenas sino las del cono sur. Esto demuestra la falta de independencia de nuestro Ejército y otra prueba de ello es que los últimos dos comandantes en jefe del Ejército estuvieron de agregado militar en Washington, Estados Unidos. Eso demuestra el enorme poder, influencia y falta de independencia de nuestras Fuerzas Armadas, principalmente de nuestro Ejército, con el agravante que se hace con un costo al erario nacional”.
Luego, afirma que ésta “fue una escuela de tortura, sin duda, ya que ahí se enseñaron esas prácticas, se justificaban esas prácticas, se azuzaban las tropas latinoamericanas para que los que tenían pensamiento de izquierda o socialmente comprometidos, como enemigos internos”.
El Dínamo consultó al Ejército respecto del contenido del “curso de WHINSEC” y también se preguntó cuántas veces al año envían personal del Ejército a ese instituto.
La institución respondió que “entre el 21 de septiembre y el 2 de octubre, los subalféreces de IV año de la Escuela Militar, realizaron sus viajes de instrucción a Estados Unidos, donde realizaron el Curso de Desarrollo de Liderazgo para Cadetes. Durante el curso, realizado en WHINSEC, los alumnos abordaron temáticas como Derecho Internacional, Derechos Humanos, primeros auxilios y PCT, entre otros, con la finalidad de unificar criterios con ejércitos de distintos países”.
En ese sentido, agregaron que estos estudiantes “fueron parte de una mesa de diálogo, donde distintos instructores compartieron sus experiencias de liderazgo en momentos importantes de su carrera, ya sea en la fuerza policial o en las fuerzas armadas. En la ocasión pudieron consultar sobre cómo reaccionar en situaciones difíciles de conflicto”.
Además, los jóvenes “visitaron el Centro de Simulación de Vehículos de Fort Benning, oportunidad en que los subalféreces tuvieron acceso a simuladores del tanque A1M1 Abrams, carro de infantería blindado Bradley y Humvee. En la graduación del curso, fueron distinguidos 30 alumnos que lograron sobre un 90% en todas las pruebas físicas, con lo cual se hicieron acreedores de un distintivo”.
La declaración del Ejército va en la línea del cambio que asegura haber impulsado el instituto, que según reportó Al Jazeera, ahora “están felices de recibir visitantes y mostrar que no tienen nada que ocultar”. Otros cursos considerados responden a asistencia médica, operaciones en conjunto, y materias civiles, además de cursos obligatorios de Derechos Humanos. “Todo dentro del contexto en los principios democráticos”, indicó en esa oportunidad el comandante del WhiNSEC Keith Anthony.
Sin embargo, este cambio de postura respecto de la anterior Escuela de las Américas no ha dejado satisfechos a los integrantes de School of the Americas Watch, los que presentaron un recurso para revelar los nombres de quienes fueron entrenados en ese lugar. Esto fue rechazado el pasado 30 de septiembre por la Novena Corte de Circuito de Apelaciones de los Estados Unidos.
Autor: Francisco Valenzuela
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