Los argumentos esgrimidos por el militar,
ameritan que el Presidente de la República Sebastián Piñera se pronuncie a la
brevedad. La AFEP
emplaza al Presidente a que exprese si
está de acuerdo con dichas declaraciones o si las rechaza. Como la máxima autoridad ante las Fuerzas
Armadas, tiene la obligación de pronunciarse, debe explicar al país su posición
ante el emplazamiento que hace el Comandante en Jefe del Ejército pasando por
sobre la actuación del Poder Judicial.
La institucionalidad que consagra la
impunidad permite que Fuente-Alba pueda deliberar sobre cuestiones políticas,
que Oscar Izurieta ejerza como Subsecretario de Defensa o Juan Emilio Cheyre
sea director del Servel; una verdadera inmoralidad de estado que posibilita la
presencia en cargos públicos relevantes de oficiales del Ejército copartícipes,
cómplices o encubridores en crímenes contra la humanidad.
Las palabras de Fuente-Alba nuevamente
ofenden la memoria de las víctimas, sus familiares y de la sociedad. Cuando
dice que su institución mira al futuro, omite que están mirando sobre más de
3000 hombres, mujeres y niños asesinados por las Fuerzas Armadas y de Orden.
Resultaría criminal la posible libertad de quienes violaron los derechos
humanos en dictadura. El Ejército no está reconciliado con su pueblo del cual
fue su peor verdugo. La reconciliación solo será posible cuando las
instituciones de la
Defensa Nacional entreguen toda la verdad de sus crímenes al
país, cosa que hasta ahora no han hecho, mientras las victimas del terrorismo
de estado aún esperan que se les haga justicia.
VERDAD,
JUSTICIA Y MEMORIA
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