Casi 40 años después de acontecido
el deleznable crimen, reafirmamos nuestras más profundas convicciones: el golpe
de estado fue un acto de traición a la patria cometido al margen de toda
legalidad por criminales que usurparon el poder en el Estado y las Fuerzas
Armadas; desde el primer día los tribunales de justicia tuvieron la obligación
de hacer justicia identificando a los culpables y condenándolos a penas acordes
con la gravedad de sus delitos. Reafirmamos también que nuestros familiares,
compañeros y compañeras, eran luchadores sociales que fueron asesinados por sus
convicciones políticas por una sociedad mejor, sin que hubiera prueba alguna de
haber participado en ilícitos sancionados por la leyes existentes, ni en ese
momento ni ahora. Víctor Jara, al igual que todas las víctimas del terrorismo
de estado, murió con la frente en alto y con la dignidad de un ser humanos que
entregó lo mejor de sí por sus hermanos y hermanas de clase. Ello es tan
evidente que hasta hoy, y cada vez con mayor claridad, su memoria ilumina el
camino de nuevas generaciones que se movilizan abriendo las anchas alamedas que
el Presidente Mártir Salvador Allende anunció en sus últimas palabras.
Con esta convicción ética llamamos
a la sociedad chilena y a la comunidad internacional a participar activamente
en la lucha por la verdad y la justicia, contra la impunidad en Chile; los
convocamos a llenar de movilización la conmemoración de los 40 años del golpe
de estado, a llenar los rincones de Chile de memoria, a llegar a los confines
del mundo con nuestro “Nunca Más” que llene de oprobio a los golpistas,
torturadores y violadores de los derechos humanos de ayer, de hoy y del futuro.
Víctor Jara y todos nuestros familiares merece esto y mucho más.
Rompiendo la Impunidad
Verdad, Justicia y Memoria
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